EL PRIMER PASO

Como si de un lienzo en blanco se tratara, comienzo esta andadura para retomar una de mis aficiones olvidadas.

Siempre me ha gustado escribir, pero el gusanillo de poder escribir opiniones y pensamientos sobre diferentes temas, como cuando tomas un lienzo y coges un pincel para dar la primera pincelada...

¡Contemplar este cuadro puede ser una experiencia nueva para ver y opinar diferentes aspectos que la vida nos ofrece!

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23 de junio de 2010

MIMATE DE VEZ EN CUANDO

Entrenar los sentidos para percibir lo que sucede a nuestro alrededor funciona como terapia de relajación, o al menos a mi me sirve para envolverme con sonidos como los del agua, pájaros, contemplando el entorno del paisaje de plantas que me rodea.

Consumimos muchas energías en nuestro día a día que hacen que nos desgastemos poco a poco, y si además a esto le añadimos algunas que otras dificultades de salud o de cualquier otro ámbito en tu entorno familiar, el desgaste que nos produce puede ser incluso a veces agobiante.

Por eso, mi cuerpo y mi mente a veces me ponen una barrera en el día a a día, y me piden a gritos un día libre (como el de hoy) para hacer aquellas otras pequeñas cosas, pero no menos importantes, que he ido aparcando, pero que cuando se te acumulan se pueden convertir en implacables urgencias.

Es increíble como la percepción de vacaciones en sí, en mi caso ha ido reconvirtiéndose en calidad de vida, para poder permitirme de vez en cuando tomar algún día libre de vacaciones precisamente para recargar pilas. Las vacaciones propiamente entendidas son aquellos momentos placenteros para disfrutar con tu familia, sin horarios para acostarte ni levantarte, un día aquí y otro allá, pero dejando totalmente aparte las obligaciones que nos marcan nuestro día a día.

Escribir en estos momentos, como terapia de relax, en un entorno relajado es verdaderamente reconfortante. En breve me pondré con esas pequeñas urgencias que quiero dejar hechas hoy, pero con calma, tengo todo el día por delante.

Bajar el ritmo para retomarlo nuevamente lo recomiendo. A mi me funciona. Mi cuerpo ha aprendido a expresarme el semáforo en ámbar con auténtica naturalidad. Me paro, recargo y vuelta a empezar.

Se trata simplemente de mimarme de vez en cuando. ¡Para eso son los días libres de vacaciones, aunque sólo tengan 24 horas! 

1 comentario:

  1. 24 horas para que nuestro cerebro reordene su contenido, mover los bloques vacios y dejar un espacio para el ocio, es como el disco duro de un ordenador que necesita una limpieza para no funcionar más lento. Apliquemos el tema, día de recarga. En francés touche (clave)

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