Sin madrugar, ¡para qué! no hay que correr como el resto de los días en los que nuestras obligaciones diarias nos miden los tiempos y nos encorsetan los momentos.
Un desayuno agradable, donde tomarnos nuestro tiempo para pensar sobre lo que hacer a lo largo del día, sí, también hay algunas obligaciones, las habituales del fin de semana, (mantener la ropa limpia, la casa ordenada...), pero bueno, podemos tomarnos un relax y lo hacemos. Mientras escribo estoy escuchando música, me relaja, me encanta, los poros de las emociones se muestran.
Relajante, me permite pensar. La música es especial. Una mañana de sábado que abre el día para tomarlo con calma, sin prisa.
¡Buen fin de semana! Hay que disfrutarlo para reenganchar con el resto de los días. Cuando veo las imágenes del terremoto de Japón en internet, pienso lo injusta que es a veces la vida, cómo uno está tan tranquilo en casa cuando otros en cambio tienen que sufrir cosas terribles. La vida es así, cosas buenas y cosas malas, por eso es mejor disfrutar al máximo los buenos momentos, atesorarlos para que no sean uno más, preciada vida, cara y cruz, la vida misma.
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