¿Eres de esas personas que cuando tiene un problema de forma habitual y casi como rutina lo va dejando a un lado, para “pensar ilusoriamente” que el problema se va a evaporar por sí solo? (como por arte de magia). Si tu respuesta es sí, mi interpretación a esto es que te gusta alimentar los problemas.
Es verdad que hay problemas que sin hacer nada a veces se solucionan, pero no nos engañemos, son los menos.
Lo “coherente” si existe o se detecta un problema es intentar resolverlo, lo mejor que uno pueda, pero al menos intentarlo.
En mi opinión, la opción de no actuar y tener una actitud totalmente pasiva alimenta el problema, sigue ahí vivo, latente, y a veces, incluso más grande.
Ya es hora de afrontar los problemas. De todo se obtienen experiencias en esta vida, excepto de no vivirla.
La felicidad en la vida no es la ausencia de problemas, sino la habilidad de salir adelante con ellos.
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