Desde hace ya muchos meses me sucede algo en lo que antes no reparaba con tanta frecuencia. ¡Hay que ver lo cortos que se hacen los fines de semana!
Si además la semana que acaba de terminar ha sido de jornadas extensivas de trabajo de lunes a viernes, como ha sido el caso de ésta, el fin de semana no sólo es corto sino que parece una breve visita, una pausa que empieza y acaba y que cuando te quieres dar cuenta el despertador vuelve a sonar porque toca afrontar de nuevo el lunes, ese primer día insípido de la semana.
A esto se une que el martes será fiesta, 12 de octubre, y al menos intentaré hacer tantas y tantas cosas pendientes que siempre quedarán cosas para volver a retomar e intentar terminar en el corto fin de semana.
A pesar de querer estirar los minutos, ya sobrepasan diez minutos las doce de la noche, toca descansar y soñar que el tiempo no se acaba para todo aquello que nos apetece hacer.
Toca descansar. Y… vuelta a empezar.
Toca descansar. Y… vuelta a empezar.
¡BUEN LUNES!, sobre todo si te gustan tanto como a mí, es decir, nada. (Al menos me animo a mi misma).
Ya quedan menos horas, pronto estarás fuera para saborear un día de regalo, pero mejor pensemos que cada minuto que vivimos sea mejor que el anterior. TQO.
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