Apenas sin darnos cuenta hemos
entrado en una dinámica en la cual nuestra vida nos arrastra para dar detalles
pequeños y grandes trozos de cómo somos, lo que hacemos, lo fantásticos que creemos
ser o parecer…
Nuestra propia naturaleza nos hace no querer
estar solos, observar y ser observados, algo que nos hace detallar capítulos de
nuestra propia vida, mostrados para ser expuestos en un escaparate, en el cual
el resto de nuestros “amigos”, “conocidos”, “familia”, o incluso, algunas otras
personas, digamos “de rebote aproximados”, se detienen para observar dónde
hemos estado, lo que hemos hecho, conocer nuestras opiniones y pensamientos, y contemplar
esa foto que hemos etiquetado queriendo dar cuenta de ello.
Hemos hecho que nuestras vidas se
expongan en un gran escaparate donde todo cabe, donde cada día cambian los
elementos, donde la tendencia se queda obsoleta en un segundo, y donde en
definitiva observamos todos y cada uno de los escaparates abiertos a nuestros
ojos como si de un “gran hermano” se tratara.
De ti depende.