Cuando era joven, (bueno digamos que todavía soy joven y así me considero), me refiero a que cuando vivía en plena juventud, más o menos en mi época de instituto, y quizás aún unos años más tarde, he de reconocer que me interesaba poco-nada todo lo relacionado con la política.
No sabría definir en qué momento exacto la política empezó a interesarme y adentrarse en mi pensamiento de forma natural. Quizás la madurez, el tener consciencia de cómo determinadas decisiones políticas podían afectar al conjunto de la sociedad y más directamente a mi, me hacían familiarizarme con ella y tener claro aquello qué me gustaba o no relacionado con política, supongo que poco a poco fui forjando mi ideología hacia una dirección.
Ahora, (menos mal que tan sólo han pasado unos segundos y aún me sigo considerando joven) empiezo a pensar con cierta repugnancia en todo lo referente a política y todo lo relacionado con los políticos, en estos momentos el color no importa. Nunca antes como ahora, había cobrado para mi tanto sentido la frase "donde dije digo, digo Diego...".
En estos momentos no sé si nos quedarán muchos recortes aún más duros de los que se han acometido ya, quizás el futuro más corto e incierto nos depara un inminente rescate... Va a ser duro, muy duro.
Mientras sigamos movidos por los hilos del dinero, los que tienen el poder querrán conservarlo, aunque en esa labor unos pocos, miles, millones y millones de personas sigan sufriendo cada día un poquito más, cada uno de miles de formas distintas en nuestro ámbito y espacio de nuestra vida. ¡Menos mal que para respirar no tenemos que pedir permiso!, pero tranquil@s que para ésto creo que ya va quedando menos.