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(Artículo del domingo de Risto Mejide en El Periódico que está corriendo como la espuma por las redes sociales.) |
LARGAOS DE UNA VEZ !
Largaos, sí. Los que trincáis, los que habéis
trincado, los que permitisteis que otros trincaran y los que todavía hoy
no hacéis nada por que se deje de trincar. Todos. Sobráis, de verdad, dejadnos en paz de una puñetera vez.
Dais asco. Vuestra falta de vergüenza ha llevado la nuestra hasta
límites que jamás deberíamos haber conocido. Y ahora os cubrís el culo
los unos a los otros, un culo que tenéis tan sucio que hasta las
pústulas de vuestra ignominia os han invadido el cerebro, y ya no es
posible distinguir vuestras declaraciones rellenas de mierda de la peste
que emana de un zurullo común.
Callaos. Callaos de una vez.
Dejad de contaminar los medios, las noticias y nuestro estado de ánimo.
Dejad de hacer comunicados y ruedas de prensa, disolved todos los
chanchullos, deponed vuestros privilegios y salid con la cabeza bien
baja y las manos en alto.
Dejad de desanimar a la gente. Dejad
de decirnos que todo fue por nuestra culpa. Dejad de tomarnos por
gilipollas. Ah, y no os atreváis a volver a decir que sois reflejo de la
sociedad en la que vivís. Que si robasteis fue porque os lo pusieron
delante. Que sois víctimas de un vacío legal, un entorno corrupto y una
dudosa moral. Que sois reflejo de la gente, representantes elegidos por
el pueblo. Vosotros no sois pueblo, vosotros sois escoria.
Devolvedlo. Devolvedlo todo. El dinero, las propiedades, los cargos, las
dietas, los sobresueldos, las comisiones, la dignidad que os quede y la
honorabilidad que algún día se os supuso. Y cuando hayáis acabado,
devolved la nacionalidad que se os dio por error. Porque no merecéis
formar parte ni de este ni de ningún país. No hagáis ni las maletas,
saltad por la borda, como las ratas, salid nadando. Y quien no sepa, que
se joda, francamente nos da igual.
Pedid perdón. Disculpaos.
Ante todo aquel que votó. Ante todo aquel que piensa seguir votando.
Porque ellos han creído en un sistema democrático que vosotros habéis
violado, sodomizado y puesto del revés. No, yo no os concedo la
presunción de inocencia. Porque cuando uno deja que ciertas cosas
ocurran, acaba siendo cómplice aunque solo sea por ignorancia, por
desidia u omisión.
Y por último, largaos, sí, pero sin dejar
rastro. Ni se os ocurra nombrar sucesores, ni gestores, ni primos
segundos que calienten vuestra silla. No tengáis la cara dura de
intentar dejar un legado. Vuestro único legado será la vergüenza. Y
tampoco os atreváis a interponeros nunca más entre la gente de bien y
sus lícitos objetivos. Porque en este país aún quedan ciudadanos,
empresas e incluso algún político honrado que construyen, que siguen
luchando y que ahora ya solo tienen una misión: que no les jodáis la
vida, que les dejéis hacer.
Pero sobre todo y ante todo, por lo
que más queráis, seguid ignorando estas órdenes, exigencias demagógicas
de un publicista que de vez en cuando hace el capullo en televisión.
Seguid creyendo que no pasará nada. Porque así quedará menos para que pase.