Apretarse el cinturón uno ya lo hace, como poco todos los días en
su economía doméstica.
Otra cosa es ver cómo unos pocos intentan, de forma
sibilina, hacernos pensar que los problemas económicos son la perfecta excusa
para intentar que llevemos nuestro cinturón hasta su último agujero, hasta que
nos apriete de tal forma que no nos quede más remedio que claudicar al
conformismo, para que sigamos trabajando día a día dando gracias por tener
trabajo, un privilegio hoy día a conservar.
Precisamente por ese interés en conservar el trabajo, algunos han desgastado su motivación al ver cómo unos pocos con responsabilidad en todos los ámbitos, en el de la empresa, en el de la política, en el ámbito financiero, etc..., tan sólo intentan salvar el culo a costa de otros, de esos otros desmotivados que dan gracias cada día por tener trabajo, a pesar de que la delgada línea discontinua que lo sostiene a veces incluso empieza a difuminarse.
Precisamente por ese interés en conservar el trabajo, algunos han desgastado su motivación al ver cómo unos pocos con responsabilidad en todos los ámbitos, en el de la empresa, en el de la política, en el ámbito financiero, etc..., tan sólo intentan salvar el culo a costa de otros, de esos otros desmotivados que dan gracias cada día por tener trabajo, a pesar de que la delgada línea discontinua que lo sostiene a veces incluso empieza a difuminarse.
Es triste ver cómo esos pocos piden el esfuerzo de muchos, a veces de los más débiles, para mientras tanto, ellos mismos seguir teniendo inalterados los privilegios alcanzados.
Es más fácil avanzar sabiendo que en el camino caen otros, aquellos que sirven para allanar los socavones producidos por el egoísmo de unos pocos.
Desde arriba, pegarse a la silla con pegamento para evitar que a uno le levanten tan sólo es un remedio del pan para hoy y hambre para el mañana, porque mientras nos aferremos a la silla con tanta fuerza, en sentido literal "dejamos de dar ejemplo" y ésto se hace empezando por uno mismo, antes que pedir que otros se esfuercen doblemente para que nuestro pegamento sea el más duradero.
El rescate lo necesitan unos pocos, en realidad muchos, precisamente de su conciencia, que desgraciadamente para ellos, es seguro que todos los días les recuerda que siguen sin hacer lo correcto, y a pesar de eso, mantienen su postura cómoda para que no les afecte en lo más mínimo su nivel de vida alcanzado.